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Quien se queda mucho tiempo mirando a los sueños, termina pareciéndose a una sombra”

-André Malraux-

viernes, 19 de diciembre de 2014

SOLO ECHAMOS DE MENOS EL SOL CUANDO EMPIEZA A NEVAR



Empiezo a ver las primeras felicitaciones navideñas  por todos lados y me estreso un poco.
Me encantan las combinaciones de rojos y  dorados, los adornos que parece que al mirarlos tengan sonido y esos copos de  nieve tan socorridos en las felicitaciones y que en Barcelona son tan raros de verse. No sé por qué razón este año, aunque agradablemente,  me sorprenden mucho vuestras felicitaciones tan lindas, pero lo cierto es que toda esta algarabía navideña  no me había chocado tanto en mi vida, será la edad.
 He empezado a ver vídeos de Navidad con la intención de encontrar alguno para felicitaros a todos las y cumplir con la tradición y  la verdad es que a los que os conozco y os quiero no hace falta felicitaros nada, sabéis que sois importantes para mí en Navidad y todos los días del año y a los que no os conozco personalmente y que ya me habitué a veros por los grupos y mi muro, estáis aquí porque disfruto de vuestra participación con lo que ya sois también una parte de mi día a día y os agradezco la oportunidad que me brindáis al saber cada día un poquito más de vosotros.
Estoy segura de que me dará el ataque compulsivo de compartir toda aquella felicitación navideña que me guste, por lo que seguramente antes de que llegue el día 24 os habré felicitado… unas cuantas veces?  Paciencia.
Vuestras fotos, pensamientos y posts son pequeños regalos que cada día llegan hasta esta pequeña pantalla, generosamente  y sin ser Navidad y  os aseguro que los valoro, los disfruto, conseguís que ría, que me indigne con la política, que me esperance con nuevos proyectos  y acciones y hasta que alguna vez me emocione y suelte una lagrimita.
Supongo que para los que seáis religiosos  tendrá más sentido la palabra Navidad que para mí que  es simplemente un  motivo de festejo, comidas copiosas, algún regalillo y sobretodo la reunión de mi familia al completo. 
Sigo pensando en qué sentido tiene para mí la Navidad  y como somos una familia que nos reunimos todas las semanas y  aunque falte alguno, no pasan más de dos semanas sin vernos, el significado de la Navidad  todavía pierde más gas, porque  si la Navidad significa unión en mi familia siempre es Navidad, nos encontramos todas los sábados y reímos y en ocasiones hasta cantamos, con perdón de los que cantan bien. Mi madre que tiene 91 años y está hecha una flor nos reune en torno a la mesa con mi hermana Angelines que es mi madrina en toda la extensión de la palabra  y todos sus hijos y parejas que son mis niños queridos. También está mi  prima germaneta Eva  guapa donde las haya y su linda familia, mi querido tito Polín que me ha demostrado ser un crac en momentos complicados de mi vida al que quiero mucho  y como no mi propia familia, la de casa, a la que hoy miro y me enorgullezco por verles mayores y buenas personas y mi querido yerni, un solecito al que adoro.  Me hacen sentir muy bien todos ellos y otra persona importante en mi vida mi Rusiña a pesar de todo mi cuñáaaa y una de mis mejores amigas.
También están  esos amigos maravillosos, los que han estado al ladito cuando hay  problemas y penas,  me refiero a esos que ya son familia, a los buenos,  de los que me siento muy cerca, a los que conocí en el parque, en el trabajo, en tantos sitios  y  sobretodo a mi  amiga “germaneta” que no pasa una semana sin que nos veamos, ni un solo día sin que charlemos y que es un gran apoyo en mi vida, pues nos mueve el espíritu muchas cosas comunes.
Tampoco olvido a mis amigos de la juventud, que aunque nos veamos raramente cuando lo hacemos no ha pasado el tiempo y sabemos que siempre estaremos ahí y que podemos confiar.   Y como no a todos los que os he conocido en internet,  que ya sois mi familia virtual y que sabéis que os quiero mucho, son muchos años ya de hablar atravesando océanos y continentes y siempre queda esa ilusión de algún día poderos dar un abrazo muy fuerte.
Y es así, cuando a pesar de las vicisitudes de la vida me doy cuenta de lo afortunada que soy y de cuanto debo dar las gracias al universo, de nuevo vuelvo a perder de vista el sentido de la Navidad.
Y a pesar de tantas bendiciones soy consciente de que hay algo que no encaja y que tanta luz y tanto adorno no son mas que un maquillaje que enmascara grandes tragedias.
Empieza la Navidad y al salir a la calle para ir de casa en casa en romería, volverá a caernos la cara de vergüenza viendo la pobreza que azuza a la gente que ha quedado excluida de la sociedad, porque son reales, porque  están ahí y poco haremos por ellos, probablemente mirar a otro lado e intentar olvidarlos y seguir con la juerga. Me cuesta entender como hemos llegado a este punto de insensibilidad, de ser capaces de ver muertes en la tele y no morirnos y de ver gente agonizando social y físicamente en la calle y no conmovernos efectivamente, pero se que es muy probable que como tantas veces, pase de largo y no haga absolutamente nada.
 Creemos que haciendo la colecta de comestibles y colaborando con un supermaratón una vez al año somos buenos y así contentamos nuestras conciencias,  pero este desastre ya ha adquirido dimensiones descomunales y  ya no podemos seguir ignorando lo que ocurre impasibles. No sé qué debamos, que podamos hacer pero creo que  llegó el momento de reaccionar, de cambiar para no sucumbir en lo poco de humanos que nos queda.
 En las calles hay  hambre de pan, de justicia  y de libertad. Esto que antes me parecía una especie de tópico cada día lo siento más presente.  Esa libertad que hemos perdido sumisamente, poquito a poco, sin decir ni pio no vaya a ser que nos toque a nosotros la china, tratando de chiflados a los que por lo menos si han salido a dejar oír su voz  y se han jugado el tipo en manifestaciones que nunca sabemos cómo terminan y donde algunos de ellos acabaron encarcelados por defender la libertad y la justicia pasarán estas fiestas  desamparados, otros condenados por oponerse a desahucios y tantos otros que hasta se han quitado la  vida por la  desesperación.  Toda esa infancia que sufre carencias y que son nuestro futuro. Jamás en cincuenta y tres años vi un país tan devastado por la corruptela y la inhumanidad de los poderes.  Y así vamos a seguir cayendo todos, uno a uno como una torre de naipes si no despertamos pronto y enmendamos todo lo que está mal.
Resumiendo y para no seguir dándoos la tabarra,  lo único que voy a desearos  para estas fiestas no va a ser amor que aunque  es tan importante con la que está cayendo parece una frivolidad, ni que nos toque la lotería, solo pediré salud, mucho cariño y que todos tengamos lo suficiente que precisamos para vivir dignamente, trabajo, neveras llenas de comida, educación para nuestros jóvenes y niños, hospitales  y  la  rápida reintegración de todas esas víctimas, familias, trabajadores en paro, que han sido excluidos por culpa de los avariciosos, corruptos y especuladores  y de los que no hemos sabido defendernos en la unidad y la solidaridad.

Gracias a todos por estar ayer y hoy en mi vida de una u otra forma. No os voy a desear una feliz Navidad, me parece  poco para cuanto recibo de vosotros, os deseo una feliz vida.