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Quien se queda mucho tiempo mirando a los sueños, termina pareciéndose a una sombra”

-André Malraux-

domingo, 28 de junio de 2015

Impedirme creer jamás

Te dejé porque tu me hablabas con palabras vacías y yo te miraba desde lo mas hondo del corazón. Ni el que fijaras tu mirada en la mía conseguía convencerme, podía ver tus contradicciones en la comisura de tus labios y ya ni  tus manos sujetándome mientras me decías lo que yo quería oir, conseguían retenerme y alejar esa sensación de sentimiento de candidez  patético que me invadía solo por pensar que tu pensabas que yo te creía.
Me marché porque el tiempo era frio y la soledad amenazaba con ocupar todos los rincones de aquella casa vacía de risas, de palabras y de humanidad. No fue una cárcel de oro,sino un cercado de árboles de bosque siniestro donde mi razón quedaba a merced de la constante lluvia y de la nieve.
Me fui huyendo de la muerte helada  hacia otros lugares cálidos, donde el sol y el mar acarician la piel y parlotean, donde el silencio es inexistente. Corrí sin cesar a los brazos de los míos, esos que no fallan, los que siempre están y que me hacen feliz.
Y ahora tu intentas convencerme una vez mas de aquello que impediré permitirme creer jamás.
Tu no eres la persona a la que tanto amé, ese que nunca existió que hizo depender de el toda mi vida.
Aunque a  veces tus abrazos me visiten  en sueños, lo cierto es que ya no estás y solo me veo a mi misma huyendo de ti aunque  aun  miro hacia atrás para asegurarme de que no me alcanzas.
Ya no estás y lo sabes, tu sentido trágico de la existencia ya no logra conmoverme.